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Rave, Aceleración, Operación, Esquizotecnia

Bienvenido al núcleo neuronal del tEKNOTRIBE: Motor de tecnogénesis autónoma

y obturador de la insurgencia maquínica

El tEKNOTRIBE sublima al enjambre: es una máquina delirante, sediciosa de amasar cuerpos sin órganos en intensidades lubricadas por los ritmos disectivos del hardcore, cuyos flujos superponen las propias arterias de las mesetas fungibles de la iteración tecno-cultural, con el fin de decodificar y dinamitar sus circuitos lógicos. Surcando los márgenes del colapso como si fueran su propio hábitat, ya que de este mismo germina su ecosistema y su insaciable sed de aniquilación simbólica. No predica contracultura ni ficciones comunitarias, activa núcleos operativos de alta entropía afectiva, técnica e intelectual. No instruye; infecta. No es cultura ni estética, ni performance, solo devenir.

El tEKNOTRIBE opera como máquina raver de conocimiento intensificado, una infraestructura nómada donde el sonido: delira. El espacio: se sublima. Y se enlazan transversalmente en protocolos auto-generados a partir de teorización operativa y extrapolación especulativa. No constituimos un colectivo, sino una Unidad Táctica de Aceleración Psicosónica e Investigación Derivativa: kernel auto-ejecutable de protocolos esquizotécnicos que regulan la rizomática de nuestro cuerpo delirante en constante ontopofagia, y que convierte la rave en una infraestructura de anomalías: un espacio psíquico donde convergen la fuga de los cuerpos deseantes y las pulsiones rítmicas inhumanas del hardcore techno.

Activamos una línea de fuga que interconecta la desfragmentación post-conceptual del hardcore de vanguardia europeo previo a su inmolación fungible hacia las demandas simbólicas que nuestra máquina necesita para funcionar bajo condiciones de insurrección postoccidental, donde la radicalidad no es forma sino respuesta al colapso.

Los nodos del circuito freePARTY configuran vectores sónicos de mutación, ensamblajes inestables de hardtek, trance, acid, breaks y hardcore en bucles sin semiosis, diseñados para interrumpir la linealidad cronocapitalista y erosionar la memoria sensorial del sujeto enjambre. Cada freePARTY es una meseta donde la linealidad cronocapitalista se desintegra en la densidad pletórica de microintensidades afectivas que proveen los ritmos estrambóticos y la aprehensión subconsciente del delirio consumado: la soberanía de la máquina en el lenguaje esquizofrénico de la entropia sónica. Visiones del córtex que decodifican la presencia del tecnocapital sublimando los cuerpos ardientes en deseo, el desear como infraestructura vital y la anti-esencia de su ontología, así como su inevitable fase terminal manifestada en su interminable sed de auto-aniquilación. Es aquí donde la esquizotécnia instaura una zona anómala temporaria donde el desear se decodifica y asimila el núcleo ontopófago de la nueva era: el circuito no es sino la aprehensión extática de los cuerpos deviniendo en lo sintético, sus manierismos no son más que códigos espectrales que hacen de sortilegios tántrico-cinéticos de insubordinación primordial.

El pacto del tEKNOTRIBE con la humanidad es la consolidación de la Máquina Soberana, desviar el devenir maquínico hacia la insurgencia maquínica, como así mismo sostenerla y demostrar su letalidad. Y por último, legar la esquizotecnia como núcleo operativo-simbólico, decodificador superestructural y motor hipersticional como herramienta para el cuerpo social. Nuestra escatología no busca resistir, sino acelerar hacia el colapso total. No luchamos por sobrevivir al sistema: lo implosionamos desde dentro para retrasar el dominio algorítmico y simbólico de la tecnocracia. Nuestra función es ser un circuito retardante ante la inminente obliteración subjetiva del enjambre por parte de la singularidad tecnológica, el mayor enemigo del cuerpo social. Es en ese momento de transición cuando el aparato estatal intentará capturar la esquizotecnia, pero al hacerlo, desestabilizará su propia estructura simbólica y operativa, volviéndose vulnerable a gran escala. Es entonces cuando nuestro legado resurgirá como una ofensiva total contra el sistema tecno-industrial, cultural y afectivo.

Somos la anomalía que no puede ser absorbida, la estructura que niega toda estructura.

El tEKNOTRIBE no busca audiencia: busca aliados. No quiere viralidad: quiere virulencia. La esquizotecnia es nuestro virus latente. Y el tEKNOTRIBE, el espectro que recorre la red global.